sábado, 14 de enero de 2012

ISAAC BARROW



El teólogo y matemático inglés Isaac Barrow nació en Londres en 1630 y murió allí mismo el 4 de mayo de 1677. Barrow es considerado por muchos como uno de los matemáticos más relevantes de su tiempo (sobre todo en geometría), pero históricamente se le ha dado poco mérito al papel que desempeñó en el desarrollo del cálculo a pesar de que los métodos que empleaba eran muy próximos a los que se usan actualmente en esta rama de las matemáticas. Barrow empezó su formación académica en el colegio Charterhouse de Londres (donde era tan agresivo y combativo que se cuenta que su padre rezaba a Dios para pedirle que si algún día tenía que llevarse a alguno de sus hijos, se llevara a primero a Isaac) y completó su educación en el Trinity College de la Universidad de Cambridge. Fue muy estudioso y sobresalió especialmente en matemáticas. Tras graduarse en 1648 residió unos cuantos años en Cambridge, luego viajó por Francia, Italia e incluso Constantinopla, y tras varias aventuras regresó a Inglaterra en 1659. Fue ordenado al año siguiente, así como nombrado profesor de griego en Cambridge. En 1662 ocupó el cargo de profesor de geometría en el colegio Gresham y un año más tarde fue elegido para ocupar la cátedra Lucasiana en Cambridge. Mientras desempeñaba esta cátedra publicó dos trabajos matemáticos de gran importancia, el primero de ellos en geometría y el segundo en óptica. En 1669 dejó la cátedra en favor de su alumno Isaac Newton, quien fue considerado durante mucho tiempo el único matemático inglés que le ha superado. Durante este tiempo también escribió, entre otras obras, Exposiciones del credo, Decálogo y Sacramentos. El resto de su vida fue muy devota pues se dedicó al estudio de la teología. En 1672 fue director del Trinity College, donde fundó una biblioteca que regentó hasta su muerte, a la temprana edad de 47 años. Además de los trabajos ya mencionados, escribió importantes tratados en matemáticas: Lecciones de matemáticas (que hablan en su mayoría de fundamentos de metafísica para verdades matemáticas), Elementos de Euclides, Datos de Euclides, Lecciones de geometría y Lecciones de óptica. De esta última se dice en el prefacio que el propio Newton las revisó y corrigió personalmente, añadiendo ideas propias. Como hombre, Barrow fue en todos los aspectos digno de sus grandes talentos, aunque tuvo una gran vena excéntrica. Ha sido descrito como «bajo de estatura, flaco y de pálido aspecto», despreocupado en sus vestimentas y empedernido fumador. Fueron notorias su fuerza y valentía, y se cuenta que una vez cuando viajaba hacia el Este logró esquivar el ataque de unos piratas gracias a su destreza. Su predisposición e ingenio le hicieron favorito del rey Carlos II, quien indujo a sus cortesanos a respetarle aunque no le mostraran aprecio.

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